Por María Amparo Casar
El año que viene, ¿a dónde mirar en la política?
En el plano electoral sólo habrá dos elecciones y ninguna para gobernador: Coahuila y Nayarit; lo más relevante será la transformación del IFE en INE, la discusión y aprobación de las nuevas leyes electorales incluida las ley de partidos y el arranque de las elecciones intermedias, tareas nada fáciles gracias al capricho de los legisladores de querer reinventar a una de las pocas instituciones funcionales y profesionales construidas a lo largo de la transición.
En el campo de los partidos, ocuparán el primer semestre del año el registro de Morena y su impacto en la militancia perredista; es un misterio qué proporción de cuadros, militantes y simpatizantes del PRD abandonarán al partido para seguir a López Obrador en una empresa que quiere ser una organización política formal sin perder su carácter de movimiento social.
Lo que está fuera de duda es que el voto de la izquierda acabará por fraccionarse porque aún deseando hacer una coalición, la ley obliga a los partidos de nueva creación competir por si solos en su primer round electoral.
Vendrán también las sucesiones de las dirigencias del PAN y el PRD, en las que se juegan la unidad/división de los dos partidos y las estrategias a seguir para tener un desempeño razonable en las elecciones 2015.
Para el PRI el mayor reto es no permitir que se asiente la idea de que está de regreso un partido dominante que busca anular la pluralidad y avasallar en las decisiones.
En el Congreso veremos una actividad frenética para aterrizar y hacer viables las reformas estructurales que fueron aprobadas durante el 2013 y las muchas que quedaron sin atender: fuero, anticorrupción, responsabilidad hacendaria y deudas de los estados, régimen jurídico del DF, seguridad social universal, entre otras.
En el plano de las movilizaciones sociales estará presente la persistencia de las protestas en materia educativa, que seguramente se concentrará más en los estados, y un alud de marchas y protestas en contra de la reforma energética. Más importante aún será seguir la evolución de las guardias de autodefensa y la conducta de los gobiernos federal y estatales frente a ellas.
En el Poder Judicial además de la sucesión del presidente de la Corte, los ministros habrán de enfrentar casos de gran complejidad como los posibles amparos, controversias y acciones de inconstitucionalidad en materia electoral, de telecomunicaciones, energía e hidrocarburos.
Con todo, el desafío mayor será para el Ejecutivo federal, que deberá mostrar que con las reformas estructurales de las que se le ha provisto, con el poder del gobierno en sus manos, con 21 gubernaturas bajo su control, con su posición de primera mayoría en ambas cámaras del Congreso y con sus buenas notas por parte de las calificadoras, es capaz de entregar lo prometido: una democracia de resultados.
Fuente: ADNpolitico
*María Amparo Casar es licenciada en Sociología por la UNAM; maestra y doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la University of Cambridge, King’s College; catedrática e investigadora del Departamento de Estudios Políticos del CIDE; columnista en el diario Excélsior; miembro de los comités editoriales de la revista Nexos y el Fondo de Cultura Económica, y colaboradora en espacios de análisis como el programa Primer Plano de Once TV México.
