Por Antonio Gershenson
Ha habido múltiples daños últimamente. Ahora, intelectuales entablan una demanda contra la reforma energética sumándose a múltiples fuerzas. Varias organizaciones se oponen al entreguismo. Hay autodefensas en varias regiones cuando las fuerzas del orden, en vez de atacar a la delincuencia organizada atacan a las autodefensas.
Hay defensa de trabajadores por ser despedidos, medidas para hacerlo y negativas de autoridades de que ya tomaron esas medidas.
Siguen al alza los productos caros, especialmente los alimentos. Los empleos son más difíciles de encontrar. Incluso hay empresarios con problemas.
La pérdida de la vivienda ha sido un problema creciente; afecta a poblaciones crecientes.
Los problemas del campo son cada vez mayores. Se ha expresado un Manifiesto Campesino al respecto de seis organizaciones diversas.
Otro problema más: el corte de agua y el corte de electricidad. Y así sucesivamente.
En algunos casos y en algunos momentos han habido respuestas de colectivos. Muchas veces son grupos, pero no hay agrupamientos mayores.
Ya hemos visto, sin embargo, respuestas de agrupaciones mayores. Debemos recordar la movilización de organizaciones sindicales el 18 de marzo.
Ahora vemos el desplegado de las organizaciones campesinas.
Se habla en uno u otro momento de unidad de organizaciones políticas, de individuos conocidos u otros conocidos como intelectuales.
De una u otra formas se busca la manera de avanzar en la solución o de resolver los problemas o avanzar en su solución.
Con tanta variedad de organizaciones es muy difícil un frente único. Pero es conveniente marchar en esa dirección.
Sobre esta base es preciso ir construyendo una cantidad de demandas comunes y de definición de los problemas y sus soluciones.
Además de este cuadro, es preciso tomar en cuenta y tratar de aglutinar a quienes sea posible en la defensa de los energéticos, principalmente del petróleo y de la industria eléctrica. La entrega de estas industrias de la nación puede aglutinar a numerosos sectores, incluso los mencionados a lo largo de este escrito.
Los elementos principales son de Pemex. Incluyen la perforación y extracción de petróleo y de gas natural, y son elementos de la nación, aunque digan lo contrario.
Los elementos de transformación son las refinerías y los equipos.
En especial, las plantas industriales transformadoras y petroquímicas, que producen una gran variedad de productos.
Los oleoductos, gasoductos y otros medios de transformación y de movilización.
Todos estos y otros medios han sido durante décadas de Pemex y de la nación. Ya se ha iniciado su saqueo. Se debe detener ese proceso. Debemos detenerlo.
Esto interesa a todos los sectores mencionados y afectados por los problemas. Todos debemos pugnar por la solución de todos, los específicos y los generales.
Fuente: La Jornada