600 comunitarios se instalan a las puertas de Chilpancingo

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Más de 600 policías comunitarios del Frente Unido por la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG) ocuparon la comunidad de Petaquillas, en Guerrero, instalaron retenes en la entrada a la capital del estado para defenderse del crimen organizado.

Los ciudadanos armados llegaron a petición de los pobladores y del comisario municipal Arquímides Vargas Encarnación, quien denunció que viven en la zozobra porque el territorio en el que habitan se lo disputan dos bandas del crimen organizado “los de Chilpancingo y los de Mochitlán”, en referencia a los grupos criminales “Los Rojos” y “Los Ardillos”.

Durante su incursión a Petaquillas, alrededor de las 06:00 de la mañana, los policías comunitarios instalaron retenes en los que revisaban vehículos en los límites con la capital del estado y unos 200 soldados acudieron al lugar y amenazaron con desarmarlos, pero eso no sucedió. En la operación a lo largo del día participaron al menos mil efectivos castrenses.

El FUSDEG es una escisión del Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadano (SSJC) de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), policías ciudadanos del Valle del Ocotito.

Los policías comunitarios, encabezados por el comisario Arquímides Vargas y el ex comisario Belester Herreras Rojas de Petaquillas, informaron que se organizaron para protegerse de secuestradores, extorsionadores, asaltantes, balaceras y asesinatos que se han convertido en hechos cotidianos, a pesar de que avisan y piden el auxilio constantemente de cuerpos policiacos y militares.

Por la tarde se informó que se acordó una mesa de trabajo hoy domingo a las 11:00 de la mañana en la comisaría municipal con autoridades del gobierno estatal.

También se dio a conocer que fueron elegidos 10 hombres para conformar su Policía Comunitaria.

A las 6:20 de la mañana de ayer sábado fue colocado el retén de policías comunitarios frente a la colonia Río Azul, de la comunidad de Petaquillas, donde revisaban a los carros que transitaban con dirección a Acapulco.

Armados con escopetas de calibre 22 y con playeras negras que los identificaban como policías comunitarios del FUSDEG recorrieron la comunidad, que se ubica a 12 kilómetros de Chilpancingo.

A pesar de que el pueblo se ubica a poca distancia, el territorio de la comunidad llega hasta la mancha urbana de Chilpancingo y se incluyen colonias como Río Azul 1 y 2, Villas Vicente Guerrero, Valle Esmeralda, Real del Valle, y Villas Magisterial, entre otras.

Uno de los ejidatarios explicó que la comunidad de Petaquillas abarca hasta el puente de la cárcel, lo que incluye el centro comercial Galerías Chilpancingo y más de 11 colonias que se ubican sobre la carretera federal Chilpancingo-Acapulco.

El Ejército no ha brindado seguridad

Una caravana de soldados del Ejército enfrentó a los policías comunitarios, el comandante del 50 Batallón de Infantería Francisco Arroyo dijo que los soldados realizaban un desplazamiento rutinario hacia Acapulco cuando se percataron de la presencia de los ciudadanos armados, y se detuvieron, “nos llamó la atención y nos detuvimos porque están afectando una vía principal”, expuso.

Comentó que le reportaron la presencia de la Policía Comunitaria, y que recibieron la orden de permanecer en el lugar hasta que los ciudadanos armados se retiraran.

De la caravana militar se pudieron contar dos camiones, 10 camionetas y una ambulancia, que después de permanecer más de 2 horas en el lugar sin lograr algún acuerdo con los policías comunitarios que fueron respaldados por 30 habitantes de la comunidad de Petaquillas, y vecinos.

Ante el despliegue armado del Gobierno federal y estatal los manifestantes se trasladaron al lugar en más camionetas con policías comunitarios y vecinos de Petaquillas, quienes exigieron la salida de los soldados.

En tanto, el comisario Arquímedes Vargas de esa comunidad, explicó que decidieron coordinarse con los comunitarios, porque el Gobierno estatal y el federal no han podido brindar seguridad.

“Se le han salido de las manos las cosas de seguridad, hoy la sociedad civil tiene que intervenir para garantizar lo que el gobierno tiene la obligación de dar”, enfatizó el comisario.

Los militares intentaron persuadir a los policías comunitarios para que entregaran sus armas, porque “no pueden portarlas fuera de sus casas, y menos para realizar una movilización”.

Los habitantes exigieron a los militares que se retiraran del lugar, porque “no tienen nada qué hacer ahí”.

Durante una hora hubo momentos de tensión, por la intención del Ejército de tratar de desarmar a los policías comunitarios, pero ante la llegada de más habitantes de Petaquillas así como de otras colonias como Valle Esmeralda y fraccionamiento Real del Valle, la situación se fue destensando.

A las 8:45 de la mañana arribó al punto donde se había instalado el retén el subsecretario de gobierno para asuntos Jurídicos, Victoriano Sánchez Carbajal, quien trató de dialogar con los habitantes de Petaquillas.

Los ciudadanos desglosaron una a una sus denuncias y su hartazgo ante la ineficiencia del los tres órdenes de gobierno de brindar seguridad a la población, quienes han vivido bajo el yugo de la violencia.

Durante el diálogo con Sánchez Carbajal, éste se comprometió a conformar una comisión del Gobierno del estado para atender el problema, pero los manifestantes exigieron una reunión en un lugar “neutral”, y propusieron que se realizara en la comisaría de su comunidad.

El funcionario no concretó la reunión con la comisión del Gobierno del estado, pero dijo que no se llevó a cabo porque las autoridades no quisieron realizarla en esa comunidad.

Posteriormente, alrededor de las 11:30 de la mañana de ayer, más de 30 personas que venían de las comunidades de Quechultenango, Mochitlán y Colotlipa dijeron a los policías comunitarios que no querían que ingresaran a sus comunidades.

Quien encabezaba a ese grupo se identificó como comisario de Colotlipa, Nicolás Nava Acevedo quien se acercó a los militares y les dijo que tenían su apoyo incondicional y su participación en la seguridad de sus comunidades.

Ese grupo se identificó como de pobladores de Quechultenango, Mochitlán y Colotlipa, iban vestidos con pantalón de mezclilla, playeras tipo Polo y únicamente eran hombres, aseguraban que no querían a la policía comunitaria porque afectaba el turismo en la zona.

Los hombres de las localidades vecinas se dirigieron al centro de la comunidad donde intentaron ingresar a la asamblea que realizarían los habitantes de Petaquillas, pero a su llegada los policías comunitarios se organizaron e impidieron su ingreso al zócalo.

Unos cuantos llevaban cartulinas en las que escribieron “el municipio de Quechultenango vive en Paz, no quiere comunitarios”.

Los vecinos de Petaquillas exigieron que salieran de la plaza, pero minutos después de la discusión arribaron por la carretera Colotlipa-Chilpancingo otros 250 hombres en apoyo al grupo de los de Quechultenango.

En esta segunda discusión los de Petaquillas les gritaron “Fuera de aquí”, “no tienen nada qué hacer aquí”, “esos son “Ardillos” y los protege la familia Ortega”.

Los vecinos los acusaron de ser enviados por “Los Ardillos”, el grupo del crimen organizado al que se vincula a familiares del diputado local por el PRD, Bernardo Ortega Jiménez.

El comisario de Colotlipa insistió en que les permitieran ingresar al Zócalo, para hablar con el comisario de Petaquillas y enfatizar que no querían a los policías comunitarios.

Después de dialogar media hora, se decidió permitir la entrada únicamente al comisario, quien expuso a los pobladores que no querían a ningún comunitario en los municipios de Mochitlán y Quechultenango.

Minutos después de la intervención de Nicolás Nava Acevedo el grupo de hombres que ya sumaban alrededor de 300 se retiraron del poblado, bajo la consigna de no permitir la entrada de los comunitarios a su región.

Designan a la Policía Comunitaria

A las 12 del día inició la asamblea donde por unanimidad más de 200 personas decidieron conformar su policía comunitaria apoyados por el FUSDEG, porque ya están cansados de la violencia y de vivir con miedo en su pueblo.

La asamblea se realizó en el pequeño Zócalo del pueblo, frente a la comisaría, y sirvió para contar cómo han sufrido de extorsión y de secuestro.

Doña Silvia, una vecina de la comunidad, recordó que hace unos meses fue víctima colateral de un ataque a la casa de su vecino, ya que pasaron a balacear y las balas perdidas atravesaron su refrigerador.
Con lágrimas en los ojos dijo que ya estaba cansada de tener miedo, de pensar que puede perder a sus hijos a causa de una bala perdida, que ya no duerme tranquila y nadie hace nada para dar seguridad.

Don Belisario, otro habitante, relató que a los comerciantes de pequeños negocios les cobran mil pesos a la semana de derecho de piso, mientras que a comerciantes con negocios como bares les cobran 10 mil pesos al mes.

Agregó que las autoridades han sido omisas a la exigencia de brindar seguridad a la población, quienes desde hace más de dos años han sido víctimas de secuestros, balaceras, extorsiones y asesinatos.

En la asamblea se acordó que se realizarían recorridos por la comunidad para informar a todos sobre el nuevo sistema de seguridad para sus habitantes, donde hombres y mujeres se comprometieron a formar parte.

En la asamblea intervino el promotor de desarrollo comunitario del FUSDEG, Crescencio Ramírez López quien platicó de la conformación de la policía comunitaria en su comunidad, de la necesidad de que los hombres y mujeres se hagan responsables de su seguridad y la de sus vecinos y de la forma de operar.

Habló de su experiencia en el municipio de Juan R. Escudero (Tierra Colorada), y sobre las extorsiones de grupos del crimen organizado en esa zona, y como lo han atendido.

Se le preguntó de su llegada a Petaquillas y detalló que fue a raíz de la solicitud de los pobladores, quienes pidieron su apoyo para brindar seguridad.

Agregó que en este apoyo a la comunidad son con integrantes del FUSDEG del municipio de Juan R Escudero, del Chilpancingo (Valle del Ocotito), mientras que de Acapulco sólo están a la espera de que se defina si necesitan más apoyo.

Del enfrentamiento con los habitantes de los otros municipios y comunidades dijo que no podía dar una postura hasta que la asamblea lo discutiera y se concluyera con la primera fase que consiste en brindar seguridad a la comunidad que lo solicitó.

Durante la asamblea, de manera discreta camionetas del Ejército pasaron rumbo a Mochitlán y Quechultenango, y algunos soldados portaban en su brazo la insignia del plan DN-III, a pesar de que no había ninguna contingencia en la zona.

Las camionetas pasaban de dos en dos y cada diez minutos pasaba otro grupo de camionetas de manera sistemática, al parecer para no llamar la atención.

Mientras tanto en la carretera federal permanecía la misma caravana de militares, reforzados por cuatro camiones más.

El coordinador de gabinete municipal Francisco Osorio Flores explicó que el Ayuntamiento intervendría para que se diera un diálogo con el gobierno del estado.

Agregó que no significa que esté de acuerdo con la llegada de la policía comunitaria, porque no funciona dentro del “marco legal”, y recordó que en la capital se esta “fortaleciendo” el Mando Único establecido desde el 2013.

Durante la consulta realizada se le preguntó del Alcalde priista Mario Moreno Arcos, en dónde estaba y por qué no atendió la situación, “el presidente está dando un recorrido por algunas comunidades”, justificó la ausencia.

Fuente: El Sur/ Sin Embargo

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