Abogado de Julian Assange, creador de WikiLeaks, todo parece indicar que el exjuez español Baltasar Garzón habrá de tomar la defensa del norteamericano Edward Snowden, el extrabajador de la CIA que ha desvelado la inmensa operación de espionaje que llevan a cabo en el mundo los gobiernos de EU y el Reino Unido. Snowden tiene trámite de asilo político ante el gobierno de Ecuador. Pero. ¿por qué Garzón ha sido seleccionado por WikiLeaks para asistir al ahora considerado enemigo público número uno del gobierno de Barak Obama. He aquí una breve semblanza…
Por Jorge Sainz
Si alguien pensó que la polémica sentencia que apartó a Baltasar Garzón de la carrera judicial relegaría al juez más famoso de España a un discreto segundo plano, estaba equivocado.
El anonimato no está hecho para él.
Como en sus mejores tiempos al frente del juzgado número 5 de la Audiencia Nacional en Madrid, el nombre de Garzón volvió a los titulares de medio mundo tras conocerse que podría asesorar legalmente al espía estadounidense Edward Snowden, según informó el domingo un comunicado de WikiLeaks.
A pesar de reiterados intentos, The Associated Press no pudo contactar con Garzón, quien se encuentra de viaje en Haití, para conocer su rol en el caso.
Garzón, de 57 años, ya asumió la defensa del fundador de WikiLeaks Julian Assange hace casi un año. Snowden, el ex empleado de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos buscado por Washington por revelar programas secretos de espionaje y que ha pedido asilo en Ecuador, sería un paso más en la reinvención pública de Garzón como abogado.
En un comunicado el domingo de WikiLeaks, organización a la que Snowden le ha pedido asesoramiento legal, Garzón sostuvo que “el equipo legal de WikiLeaks y yo estamos interesados en la preservación de los derechos del señor Snowden y de protegerlo como persona”.
La vida del ex magistrado español cambió el 9 de febrero de 2012 cuando el Tribunal Supremo lo condenó a 11 años de inhabilitación por extralimitarse en sus funciones durante la investigación de una trama corrupta. A Garzón se lo acusó de ordenar injustificadamente la grabación de conversaciones entre algunos presos y sus abogados en la cárcel violando, a juicio del Supremo, el derecho de defensa.
La condena cerró uno de los capítulos más prolijos de la justicia española. En los 22 años que pasó en la Audiencia Nacional Garzón instruyó sumarios decisivos en la lucha contra el narcotráfico, el grupo separatista vasco ETA y los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), la fuerza paraestatal creada para combatir a ETA durante la presidencia de Felipe González (1982-1996).
También investigó las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura del chileno Augusto Pinochet (1973-1990) y el régimen de facto en Argentina (1976-1983), que lo convirtieron en el rostro más conocido de la justicia universal, sobre todo en América Latina.
Mientras su nombre y su prestigio crecían fuera de España, sus enemigos se multiplicaban en casa.
La gota que colmó el vaso fue su intento de investigar la guerra civil española (1936-1939) y la posterior dictadura de Francisco Franco (1939-1975). No sólo no pudo hacerlo ante la falta de apoyos sino que además fue imputado por prevaricación por obviar la ley de amnistía de 1977.
“Es sabido que hay sectores muy amplios de la derecha y de la izquierda que consideran que el juez Garzón es un réprobo, que es un mal juez; con el reproche recurrente de que es un juez estrella, que le gusta el protagonismo”, dijo hace un año Gonzalo Martínez-Fresneda, su abogado defensor en la causa del franquismo de la que finalmente fue absuelto.
Desde su salida de la magistratura española entre lágrimas, Garzón no ha parado. Trabajó varios meses en La Haya como ayudante de la fiscalía del Tribunal Penal Internacional, que dirige el argentino Luis Moreno Ocampo.
Posteriormente inició una estrecha colaboración con Colombia en apoyo al proceso de paz entre el gobierno y la guerrilla de las FARC, incluso presentando un programa de televisión sobre derechos humanos. Al mismo tiempo, asumió la defensa de Assange y coordina varios proyectos humanitarios desde su fundación.
Snowden sería una continuidad lógica en la línea que mantiene profesionalmente Garzón. Un caso que incómoda a Estados Unidos, pero que despierta popularidad en amplios sectores de la sociedad.
Mientras tanto en España crecen los rumores sobre un inminente desembarco de Garzón en la política. El ex juez no lo ha confirmado, pero nadie se atreve a descartarlo.
Fuente: AP