En 2013, los habitantes de la Tierra podrán ver varios cometas especiales. En marzo en el Hemisferio Norte se espera una cita con la “estrella con cola”, denominada Lemmon, que por vez primera apareció en el Sistema Solar. Otros dos cometas podrán ser vistos un poco más tarde, entre ellos un supercometa, que puede eclipsar la Luna.
Los astrónomos rusos esperan a este gigante celeste con gran emoción. El cometa ISON fue descubierto por ellos en septiembre del año pasado. Hasta el ansiado encuentro queda medio año. Mientras que el Lemmon ya está prácticamente listo para exhibir su brillante “atavío” verde. Este colorido peculiar le es conferido por el carbono diatónico y el cianógeno –señalan los astrónomos. Por primera vez fue registrado en marzo del año pasado desde el Monte Lemmon, EEUU, que le dio su nombre.
Se espera que conforme el cometa se acerque al Sol adquiera magnitud 2-3 y será visto no peor que las estrellas de la Osa Mayor. Se trata de un fenómeno notable –afirman los especialistas. Pese a que los astrónomos descubren anualmente decenas de cometas, pocos de ellos rara vez pueden ser vistos a simple vista. Además, para las actuales generaciones se trata de una posibilidad única de contemplar el Lemmon –dijo a La Voz de Rusia la jefa de la Sección de Astrometría Espacial del Instituto de Astronomía de la Academia de Ciencias de Rusia, Lidia Ríjlova:
—Es un cometa de largo período. Esto significa que su período orbital alrededor del Sol es de más de doscientos años. Los de período corto ya fueron observados a lo largo de la vida humana, como, por ejemplo, el Halley, que aparece cada setenta y cinco años.
Históricamente los pueblos consideraban que los cometas eran precursores de desgracias: malas cosechas, desastres naturales, guerras. Este año se podrán ver en el horizonte varios brillantes peregrinos espaciales. ¿Por qué “atacan” la Tierra? ¿Existe alguna amenaza?
Semejantes temores son infundados, nunca han sido confirmados –dice el conocido astrónomo ruso Leonid Yelenin, cuyo nombre lleva un cometa descubierto por él:
—Hasta ahora se ligan a los cometas ciertas cosas pseudocientíficas. En realidad, en 1910 la humanidad también se preparaba para el paso de la Tierra a través de la cola del cometa Halley. Se temía que todos se intoxicarían con cianógeno – un gas que está presente en el núcleo del cometa. Como vemos no pasó nada. A grandes rasgos, los cometas no son peligrosos para la Tierra. La probabilidad de una colisión con nuestro planeta es ínfima. Hay que estudiarlos, no tenerles miedo y tampoco vincularlos con hechos negativos.
En cuanto a la aparición más frecuente de estos “forasteros”, pues los astrónomos también desechan esta afirmación. No se trata de que los cometas estén volando más, sino que nosotros estamos observando mejor. En el linde de los siglos XX y XXI se produjo un boom informativo: las observaciones de episódicas se volvieron regulares. Aparecieron potentes telescopios, nuevos receptores de radiación, computadoras que registran los cuerpos celestes. Todo esto permite descubrir rápidamente los cuerpos celestes, precisar sus coordenadas y enviar los datos del Centro de Planetas Pequeños, donde son comprobados en los catálogos, para vez si se trata de un cuerpo celeste nuevo o no.
Fuente: La Voz de Rusia