Una cantidad histórica de combatientes extranjeros ha puesto rumbo a Siria e Irak para unirse a la milicia Estado Islámico y otros grupos extremistas, incluyendo al menos 3.400 de naciones occidentales de entre los casi 20.000 que llegaron procedentes alrededor del mundo, señalaron fuentes de inteligencia estadounidense en una estimación actualizada sobre preocupaciones de terrorismo
Las agencias de inteligencia creen ahora que hasta 150 estadounidenses han intentado —y algunos lograron— alcanzar la zona de guerra de Siria, señalaron oficiales al Comité de Seguridad Nacional en un testimonio listo para hacerse público el miércoles. Algunos de esos estadounidenses fueron arrestados en su camino, otros murieron en el área y una fracción menor está en combate.
The Associated Press tuvo acceso el martes a la declaración y otros datos.
Nick Rasmussen, jefe del Centro Nacional Antiterrorismo, dijo que la tasa de combatientes extranjeros que viaja a Siria no tiene precedentes, excediendo por mucho la cantidad de extranjeros que se unieron a la yihad en Afganistán, Pakistán, Irak, Yemen, Somalia o cualquier otro punto en los últimos 20 años.
Las autoridades estadounidenses temen que algunos de los combatientes regresen sin ser detectados a sus países de origen en Europa o a los Estados Unidos para montar ataques terroristas. Al menos uno de los responsables de los ataques contra la redacción de una publicación satírica en París había pasado tiempo con extremistas islámicos en Yemen.
Mientras tanto, la Casa Blanca circuló el martes una propuesta en la que el Congreso autorizaría al Ejército de Estados Unidos a combatir a terroristas del Estado Islámico durante los próximos tres años. Se espera una petición formal para su legislación para el miércoles.
También en la Casa Blanca, el Presidente Barack Obama rindió homenaje a Kayla Jean Mueller, la joven estadounidense cuya muerte fue confirmada el martes. Mueller murió bajo cautiverio del Estado Islámico, aunque el grupo culpó a un ataque aéreo de Jordania, señaló Obama. “Sin importar cuánto tiempo lleve, Estados Unidos encontrará y traerá ante la justicia a los responsable de la captura y muerte de Kayla”.
En cuanto a los combatientes extranjeros, los oficiales reconocieron que ha sido difícil rastrear a los estadounidenses y europeos que han entrado a Siria, donde el grupo del Estado Islámico es la fuerza dominante que intenta derrocar el gobierno del presidente, Bashar Assad. La embajada de Estados Unidos en Siria está cerrada y la CIA no tiene presencia permanente en ese territorio.
“Una vez en Siria, es muy difícil descifrar lo que sucede ahí”, señaló Michael Steinbach, director asistente del FBI en contra terrorismo, en su declaración preparada para el miércoles. “La falta de claridad es perturbadora”.
La estimación de 20.000 combatientes de 90 países es un aumento desde los 19.000 calculados antes, apuntará Frasmussen al comité de la cámara de representantes en un testimonio preparado. El número de residentes estadounidenses que han intentado ir a la zona del conflicto aumentó a 150 respecto a los 50 de hace un año y los 100 registrados en otoño.
Fuente: AP