Por Dr. R. Andrew Chesnut*
Los mexicanos te dirán que ellos son 90 por ciento católicos, pero el 100 por ciento guadalupanos. Si bien las cifras no son del todo precisas, es sin duda el caso de que históricamente la Virgen de Guadalupe ha sido una parte constitutiva de la identidad nacional mexicana, que se refleja en el hecho de que millones de mujeres y hombres se llaman Guadalupe, y muchos usan el apodo de “Lupe”, como mi colega en la Universidad de Houston, el Dr. Guadalupe San Miguel, catedrático de historia de México y Estados Unidos. Como especialista en la religión latinoamericana, siempre he estado fascinado por la advocación más importante de la Virgen María en términos de cobertura territorial y el número de devotos.
La Virgen Morena (the brown Virgin) no sólo es la patrona de México sino también Emperatriz de las Américas, desde Argentina hasta Canadá. Mientras que otras manifestaciones de María solamente reclaman una región o país, en el mejor de los casos, Guadalupe es el única en reinar sobre dos continentes, en todo el hemisferio occidental. Y si ese no fuera suficiente, por un breve periodo en la mitad del siglo XX también fue declarada patrona de las Filipinas, el hogar de la tercera mayor población católica del mundo. Antes de que la folcórica Santa Muerte atrapara mi atención académica en 2009, había realizado dos años de investigación sobre la Virgen mestiza para un proyecto de libro que fue puesto en espera. En la víspera de su festividad, el 12 de Diciembre, pensé en compartir diez hechos fascinantes sobre cómo la Virgen condujo a los mexicanos hacia la independencia de España.
I. Muchos mexicanos no son conscientes de que la original Guadalupe es de Extremadura, España. De hecho, Cristóbal Colón era un devoto e incluso nombró Guadalupe a la isla caribeña en su honor, después de que ella supuestamente salvó a la flota de una tormenta en el mar. La Guadalupe española es una de las tantas vírgenes negras europeos, por lo que en su encarnación mexicana ella vino a ser llamada como la Virgen Morena.
II. Antes de la supuesta aparición de Guadalupe al indígena San Juan Diego, en 1531, la diosa azteca Tonantzin había sido venerada durante décadas en el mismo sitio, el cerro del Tepeyac, que es ahora el asiento de la Basílica en la Ciudad de México. Tonantzin significa “Nuestra Madre” en la lengua azteca Nahautl, por lo que muchos escépticos sostienen que la Iglesia colonial española inventó la historia de Guadalupe que apareciéndose a Juan Diego como una estrategia para a los naturales nahuas y otros indígenas al cristianismo.
III. A pesar de su reciente canonización, no hay evidencia histórica sólida de que San Juan Diego haya realmente existido. De hecho, en tiempo del controversial proceso de canonización, el abad de la Basílica, Guillermo Schulenberg, renunció en 1996 afirmando que Juan Diego nunca existió y que “es sólo un símbolo”. El indígena nahua fue canonizado, no obstante, como parte de una estrategia para retener a los católicos indígenas que estaban desertando en masa hacia Protestantismo, especialmente Pentecostalismo.
IV. Los historiadores del arte que han estudiado durante siglos las representaciones de la Patrona de México han descubierto que con el tiempo el color de su piel se ha vuelto progresivamente más oscuro, al alcanzar un tono más oscuro del color café. Estudios sobre su desarrollo histórico, como Our Lady of Guadalupe (Nuestra señora de Guadalupe, del historiador Stafford Poole, demuestran que, contrariamente a la leyenda, los criollos mexicanos (gente de ascendencia española nacida en México) fueron los primeros devotos de Guadalupe y los propagadores principales de su culto. Las representaciones de Guadalupe se convirtieron notablemente más oscuras cuando ya estaba en marcha la Revolución Mexicana (1910-20), lo que ha sido interpretado como una exaltación del mestizaje con el propósito de construir un nuevo modelo de la mexicanidad.
V. Mientras la devoción a Guadalupe creció durante la época colonial española, fue la independencia de España lo que realmente la transformó en la patrona nacional que es ahora. El líder de la Independencia, el padre Miguel Hidalgo, lanzó su proclama independentista bajo el grito de guerra “¡Muerte a los españoles y larga vida a la Virgen de Guadalupe!”. La imagen de la Virgen mexicana estampada en banderas, pancartas y sombreros de los campesinos indígenas se convirtió en la insignia de la rebelión armada contra el dominio español. Las tropas españolas, por su parte, fueron lideradas por la Virgen de los Remedios, que era la advocación por excelencia de María en México hasta que fue desplazada por Guadalupe
VI. Además del oscurecimiento de la imagen, La Morena se mantuvo relativamente sin cambios en las representaciones artísticas hasta tan recientemente como la década de 1980. Y los primeros artistas que experimentaron con novedosas representaciones de la Emperatriz de las Américas fueron mexicanos-americanos que no se sentían tan constreñidos cultural y religiosamente como sus contrapartes mexicanaos en la exploración de nuevas formas de representarla echando mano de medios de comunicación. Una Guadalupe con el pecho desnudo creada por el artista Paz Winshtein fue objeto de una gran controversia cuando fue exhibido en una galería en Santa Fe, Nuevo México, en 2014.
VII. La etimología de su nombre es también objeto de un debate considerable. Algunos lingüistas e historiadores apuntan a orígenes náhuatl, mientras que otros, más convincentemente, nos recuerdan que el nombre de Guadalupe ya existía en España, y por lo tanto se debe buscar allí su génesis etimológico. No hay ninguna duda de que el prefijo “Guada” viene de “wadi”, valle del río en árabe. El debate permanece, sin embargo, sobre el término “Lupe”, que muchos afirman viene del español “lobo” (lupus de latín) o lobo.
VIII. Guadalupe fue una parte integral de la primera gran rebelión popular del mundo en el siglo XX, la Revolución Mexicana (1910-1920). Luchando bajo el lema “tierra y libertad”, el íder campesino revolucionario Emiliano Zapata y sus combatientes llevaron a la Virgen mestiza en sus emblemas de batalla contra los oligarcas mexicanos. Algunos guerrilleros zapatistas (EZLN) continuaron la tradición durante su levantamiento de 1994 en el estado sureño de Chiapas.
IX. En 1929, el fotógrafo oficial de la antigua Basílica clamó haber descubierto la imagen de un hombre con barba en el ojo derecho de la imagen original de Guadalupe. Dos décadas más tarde, otro “experto” no sólo confirmó la presencia del hombre de la barba en el original, sino también dijo haberlo detectado en ambos ojos. Desde entonces, el “secreto de sus ojos” se ha ampliado para incluir imágenes de toda una familia supuestamente visible en ambas pupilas. Para los creyentes, las imágenes son un reflejo de lo que Guadalupe vio cuando ella apareció a San Juan Diego en 1531.
X. La tilma o manto hecho de fibra de cactus, sobre el que la imagen de la Virgen quedó impresa, es considerada como milagrosa por los devotos. Algunos científicos sobrayan la ausencia de pinceladas sobre la tilma mientras que otros sostienen que la coloración no contiene elementos animales o minerales. Tal vez el milagro más espectacular, de acuerdo con los devotos, es que la tilma que salió intactaen un explosión de una bomba. En 1921 un radical anticlerical detonó 29 cartuchos de dinamita colocados en una olla de rosas debajo de la tilma. La explosión destruyó una columna de mármol, torció un crucifijo de metal y dejó las ventanas rotas en toda la antigua basílica, pero la propia tilma fue encontrada intacta.
XI. En continuidad con su (robusta) sólida presencia en el cuerpo político mexicano, Guadalupe ahora tiene un partido político llamado así por ella. En 2012, el candidato presidencial populista Andrés Manuel López Obrador (también conocido como AMLO) fundó el Movimiento Nacional de Regeneración, un partido político de izquierda cuyo acrónimo español, MORENA, recuerda a la Virgen Morena.
XII. Para consternación de la Iglesia en México, la imagen de Guadalupe se ha fusionado con la de su rival religiosa, la Santa Muerte. La imagen híbrida, conocida como Guada-Muerte, integra elementos de las dos figuras femeninas más populares en el panorama religioso mexicano y también ha sido censurada por varios líderes de la devoción a la Santa Muerte que no están interesados en provocar a la Iglesia en un país que todavía es 81 por ciento católico.
* Dr. R. Andrew Chesnut es director de estudios católicos de la Virginia Commonwealth University
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