Un nuevo informe realizado por una especialista en salud pública de la Universidad de California en San Diego y por la organización internacional Equality Now reveló que el problema de prostitución infantil en el norte de México ha alcanzado niveles escalofriantes. En Ciudad Juárez y en Tijuana, una de cada cuatro mujeres fue sometida al trabajo sexual cuando era menor de edad. Y una de cada ocho dijo tener menos de 15 años cuando esto pasó.
El estudio halló casos todavía más dramáticos. Como el de niñas de 8 años que fueron sometidas, incluso por familiares, a prostituirse.
“Un informe de que las ISIS (o Estado Islámico) están obligando a niñas tan jóvenes como de 12 años a convertirse en esclavas sexuales, es parte de un problema más grande. En el mundo de hoy, se estima que 2 millones de niñas menores de edad trabajan en el comercio sexual”, dice Nadia Whitehead en National Public Radio o NPR, la radio pública de Estados Unidos.
De inmediato agrega: “Un nuevo estudio detalla la situación en México, donde investigadores encontraron que uno de cada cuatro trabajadoras sexuales en Tijuana y Juárez dicen que se fueron obligadas al comercio sexual cuando eran menores de 18 años, y uno en ocho dice que tenían 15 años o menos”.
“Los hallazgos de los investigadores son tan sombríos como era de esperarse, o tal vez aún más”, sostiene la NPR.
Para recopilar la información sobre el número de menores de edad en el comercio del sexo en el norte de México, narra, un equipo de investigadores viajó a Tijuana y Juárez. Visitaron clubes nocturnos, salones de masajes, las esquinas de las calles y parques públicos, lugares donde se sabe que el trabajo sexual se lleva a cabo, para encontrarse con las trabajadoras sexuales.
Se les ofrecieron 20 dólares a las mujeres por llenar un cuestionario. Entre marzo de 2013 y enero de 2014, el equipo reclutó a más de mil participantes.
De acuerdo con Jay Silverman, especialista en salud pública en la Universidad de California en San Diego –y quien dirigió el estudio–, las niñas forzadas al comercio sexual presentan más riesgos que las mujeres mayores.
“Los menores de edad en el trabajo sexual tienen un valor diferente porque son más jóvenes”, explica Silverman. “Son más fáciles de vender y la gente va a pagar más. En repetidas ocasiones se venden como vírgenes por un precio mucho más alto. Todas estas cosas se suman a una vulnerabilidad mucho mayor para la violencia y el VIH. Al mismo tiempo, estas niñas son más invisibles, y lo que están haciendo [de por sí]está oculto porque es ilegal”.
Silverman añade que un tercio de las niñas que denunciaron haber sido forzadas antes de la edad de 16 años no se les permitió usar condones o se desalentó el uso de ellos durante sus primeros 30 días de trabajo.
“Este estudio ayuda a disipar ‘el mito de que todas o la gran mayoría de las personas en la prostitución ingresan adultas, plenamente consentidas’, comenta Andrea Matolcsi, que trabaja con problemas de tráfico sexual en Equality Now, una organización mundial que lucha por los derechos de las mujeres y las niñas”.
Nadia Whitehead cuenta de Alma Tucker, quien dirige una casa de seguridad para víctimas de tráfico sexual en Tijuana. Ella, dice, está profundamente consciente de este problema. Cuando Tucker comenzó la instalación de La Casa del Jardín, nunca esperaba tener niñas alojadas allí.
“Yo estaba esperando niñas de 14 años de edad en adelante”, narra Tucker. “Pero tenemos un caso aquí de una niña de entre 8 y 10 años de edad, utilizada por su madre en la pornografía. Un hombre iba cada dos semanas, llevaba ropa y tomaba fotos de ellas en los hoteles y parques. [La madre] consiguió 100 dólares de ella en cada ocasión”, narra la National Public Radio.
Otra niña en la casa tiene 12. Cuando su madre murió, dice Tucker, el tío de la niña la forzó a tener relaciones sexuales con él. Eventualmente, la vendió a un hombre mayor. Pero antes de que la venta se completara, el fiscal de distrito de Baja California rescató a la niña y la llevó a La Casa del Jardín.
En total, 23 niñas permanecen actualmente en la casa de seguridad, que está dirigida por la Red Internacional de Corazones. Allí se les da alimento, vivienda, educación y atención médica. El personal incluye a un psicólogo, un trabajador social y un abogado. Hay actividades como paseos a caballo, yoga y baile.
“Mientras las niñas entran en el refugio deprimida y enojadas, de acuerdo con Tucker, hay esperanza. Cada chica tiene un diario de sueños donde escribe acerca de sus metas. Algunas hablan de ser maestras, mientras que otras esperan convertirse en abogados o médicos. Quieren viajar. Ellas quieren tomar clases de actuación. Decoran sus revistas con fotos de revistas que ilustran sus sueños”, concluye la National Public Radio.
EN NÚMEROS Y EL IMPACTO
De acuerdo con datos de 2012 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) el porcentaje de niños víctimas de la trata con fines de explotación social ha aumentado en tres años de un 20 por ciento a un 27 por ciento. Los mismos datos refieren que de cada tres niños sometidos a esta práctica ilegal, dos son niñas y uno es varón.
De acuerdo con el “Diagnóstico Nacional sobre la Situación de Trata de Personas en México” de la UNODC, en el país hay al menos 15 puntos con alta incidencia de trata de personas y cuatro grandes rutas para el tráfico.
El estudio señala como focos rojos a Tijuana y Mexicali, Baja California; Nogales, Sonora; Ciudad Juárez, Chihuahua; Acapulco, Guerrero, y Cancún, Quintana Roo. También Nuevo Laredo y Matamoros, Tamaulipas; Tapachula, Chiapas; Puerto Vallarta, Jalisco, y Los Cabos, Baja California Sur, así como el Distrito Federal, Tlaxcala, Veracruz y Oaxaca.
La oficina de la ONU reveló que la trata con fines de trabajos forzados se centra en Baja California, Jalisco, Oaxaca, Chiapas y San Luis Potosí.
En cuanto a la explotación por parte de grupos del narcotráfico, ésta se presenta en el norte de Veracruz, el noreste de Durango, la región este de Chihuahua y los estados de Guerrero, Tamaulipas y Nuevo León.
La trata con fines de explotación sexual predomina en Tijuana, Puerto Vallarta, Acapulco y Cancún.
En cuanto a las rutas, la primera parte de Cancún y llega a Matamoros: una segunda corre desde Tapachula y Tuxtla Gutiérrez hasta Lázaro Cárdenas, Michoacán; otra parte de Puerto Vallarta y concluye en Nogales, Sonora; y una cuarta ruta inicia en el DF, pasa por Puebla y Tlaxcala y sigue en varias direcciones.
A estas cifras se suman las proporcionadas por el Departamento de Estado de EU en su reporte sobre tráfico de personas en el que identificó a México como un país de “origen, transito y destino” para la trata de hombres, mujeres y niños con fines sexuales y de trabajo forzoso, y en el que la complicidad de las autoridades aún representa un grave problema.
El gobierno estadounidense dijo que de acuerdo con cifras oficiales durante 2014 las autoridades federales iniciaron 253 investigaciones y los gobiernos de los estados 196, en comparación a las 139 investigaciones federales y las 458 estatales reportadas en 2013.Sin embargo, indica que las autoridades no informaron sobre el número de procesos por este delito en 2014, mientras que en 2013 se registraron 30 a nivel federal y aproximadamente 177 en las entidades.
“Las autoridades mexicanas reportaron sentencias de tres traficantes a nivel federal y por lo menos 108 a nivel estatal en 2014; esto representó un aumento con respecto a las sentencias reportadas a partir de 2013 cuando las autoridades no emitieron ninguna condena federal de trata y sólo 73 en el nivel estatal, incluyendo 38 en el Distrito Federal”, dice el reporte.
Menciona que en muchas partes del país la policía se centra en investigar irregularidades administrativas en bares y discotecas , en oposición a las operaciones basadas en la inteligencia dirigidas a los traficantes. Refiere que algunos funcionarios públicos confunden el tráfico ilícito de migrantes con la prostitución.
Dice que el Gobierno ha identificado mil 570 víctimas de la trata en México, “pero no informó cuántos fueron explotados en trabajos forzados o tráfico sexual”. Además, que a las personas a las que se les brindó refugio no se les permitió salir de éste por cuestiones de seguridad. Indica que esta situación fue señalada por las organizaciones no gubernamentales que vieron en esta práctica una manera en que las víctimas vuelven a vivir el trauma.
El reporte detalla que muchas de las personas tenían miedo de identificarse como víctimas de la trata, y pocos buscaron recursos legales debido a su temor a las represalias de los traficantes, la falta de servicios especializados, o la falta de confianza en las autoridades. Dice que muchos de los extranjeros que fueron victimizados en el país fueron regresados a sus países después de dar testimonio, en algunos casos debido a la falta de vivienda o información adecuada sobre sus derechos.
Fuente: Sin Embargo